Ella no creÃa en el matrimonio por amor. A él solo le importaba su invernadero y mantenerse fuera de la sociedad. ¿Serán capaces de mantenerse firmes en sus ideales A pesar de ser la mayor de sus hermanos, entre los planes de Elizabeth no encajaba un matrimonio inminente. TenÃa claro que, a largo plazo, era lo lógico para una mujer de su clase, y en ese siglo, pero, al igual que estaba convencida de ello, también sabÃa que nunca se casarÃa por amor. HabÃa presenciado el sufrimiento de su madre tras la muerte de su padre, y se juró a sà misma que jamás se enamorarÃa. Con lo que no contaba, era con los tejemanejes de su abuelo. De la noche a la mañana su futuro la situó lejos de Londres para casarse conà ¿el duque de Peachwood Un hombre que, desde el fallecimiento de su esposa e hijo, en extrañas circunstancias, no habÃa vuelto a aparecer en sociedad. Se habÃa recluido en el campo y no se relacionaba con nadie. Su única obsesión, según los cotilleos de los salones londinenses, eran los melocotoneros que tenÃa en su invernadero.
