Uno era el más fuerte y temido de la escuela. PodÃa cargar el escritorio de la maestra, matar alacranes con la mano y comerse una lata de chiles sin sudar. El otro era tan débil y flacucho que chupaba los dulces porque no tenÃa fuerza para morderlos. Uno se llamaba Melquiades. El otro, AnÃbal. Ésta es la historia de una pareja sin par.