El encuentro casual con un antiguo compañero de universidad sirve de excusa al narrador para recordar viejos tiempos y ponerse al dÃa con Foneto. Y descubre que, en lugar de la brillante carrera que éste podrÃa haber tenido, terminó por refugiarse en el quiosco que heredó de su tÃo. A lo largo de una mañana, el narrador tendrá ocasión de descubrir el vacÃo monótono de sus dÃas y las tres relaciones fugaces y fallidas con las únicas mujeres que pasaron por su vida. La última de ellas se remonta a los estertores del franquismo, durante la huida de una carga de los grises.
